Cómo identificar los piojos y ácaros de las gallinas y evitar infestaciones en la granja
Llamados ectoparásitos porque viven en la piel y las plumas de los animales, los piojos y ácaros de las gallinas pueden estar presentes en las estructuras de los galpones e incluso en las camas. En general, las infestaciones leves se controlan fácilmente y las aves pueden deshacerse de estos parásitos por sí solas con baños de arena y autolimpieza.
Los ácaros, por ejemplo, se pueden eliminar de las plumas con baños de polvo. Por eso, es importante mantener siempre el sustrato de la cama seco y suelto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto solo se puede controlar sin usar ningún tipo de intervención clínica, si los animales están sanos y no existen factores que favorezcan su proliferación.
Unas condiciones de alojamiento que sean desfavorables para la crianza de gallinas o que no cumplan estrictamente con las medidas de bioseguridad es un factor crítico que predispone a que haya infestaciones de ectoparásitos.
Los piojos y ácaros son parásitos externos que se alimentan de la sangre, las plumas o la piel descamada de las aves. Pueden infestar a las gallinas ponedoras o, dependiendo de las fases del ciclo de vida de estos parásitos, también se pueden encontrar en el ambiente.
Los ácaros pueden vivir hasta 10 meses en un galpón vacío, al igual que las larvas de los piojos que viven en el mismo ambiente que las aves. El problema aparece cuando las larvas consiguen llegar a la edad adulta y parasitan al lote.
Cuando hay una infestación de ácaros y piojos, estos se alimentan de la sangre de las gallinas, debilitándolas y provocando daños en su sistema inmunológico, lo que genera el riesgo de infecciones y otras enfermedades. Para evitar este problema, es fundamental que se mantenga la bioseguridad de las personas e instalaciones de forma adecuada.
Tipos de ectoparásitos e impactos de las infestaciones
Los efectos negativos de los ectoparásitos en el bienestar de las gallinas son numerosos y van desde el estrés persistente de las aves causado por perturbaciones, hasta la debilidad fisiológica, una mayor susceptibilidad a otras enfermedades, improductividad e incluso la muerte. Las aves pueden presentar signos como anemia, pérdida progresiva de peso y disminución de la tasa de postura de huevos. En casos extremos, el riesgo de infestaciones no identificadas y no tratadas es el de un colapso de la producción.
Tipos de piojos
Los tipos de piojos que pueden afectar a las aves silvestres y que son más habituales en las gallinas ponedoras son el Menopon gallinae, Menacanthus sp., Gonlocotes gallinae, Cuciotogaster heterographa y Columbicola columbae. Este último es el piojo que se encuentra en las palomas y que también puede infestar a las gallinas si estas u otras aves silvestres entran al alojamiento, o si no se desinfecta bien el calzado al entrar. Menopon gallinae y Menacanthus sp. tienen cinco etapas de vida: huevo, ninfa 1, ninfa 2, ninfa 3 y hembra o macho adulto, que viven agarrados a las plumas de las ponedoras. Estos dos tipos de piojos no sobreviven mucho tiempo en el ambiente.
Los piojos son masticadores, no chupasangres, es decir, viven en la piel de las aves, alrededor de la cloaca, debajo de las alas, en los muslos y el pecho. No sobreviven por mucho tiempo en un ambiente de forma independiente sin parasitar aves. Pueden provocar importantes irritaciones en la piel, provocándoles estrés y agitación y comprometiendo el rendimiento y bienestar de estos animales.
Tipos de ácaros
Totolate o Ácaro rojo (Dermanyssus gallinae)
Estos ácaros, que son hematófagos (se alimentan de sangre), se esconden en los galpones de las granjas y aviarios durante el día y se suben a las aves por la noche para alimentarse, llegando a debilitar gravemente a las gallinas.
Su ciclo de vida completo es de unas dos semanas, pudiendo reducirse a una semana bajo las condiciones ideales (35°C y humedad relativa superior a 70%).
Ácaro de las plumas (Ornithonyssus sp)
Conocido como “ácaro de las plumas”, permanece prácticamente todo el tiempo agarrado al ave, lo que facilita distinguir su infestación de la causada por el Dermanyssus gallinae.
Además de en aves de granja, este ácaro se puede encontrar en palomas urbanas, infestando ambientes como plazas y parques públicos.
Otro tipo de ácaro de las plumas (Megninia sp)
Este ácaro no es hematófago y pasa todo su ciclo de vida en las plumas de las aves ponedoras, dañándolas y dejándolas sucias, frágiles y quebradizas.
En Brasil hay poca información sobre este tipo de ácaro.
Es importante monitorear y controlar a los ácaros para garantizar la salud de las aves y la calidad de la producción de huevos.
Signos de la presencia de piojos y ácaros en las gallinas
Los primeros signos de infestación pueden ser sutiles, ya que los ectoparásitos son
minúsculos. Sin embargo, el productor notará en varias aves un aumento de algunos de los síntomas comunes enumerados a continuación:
- Visualización de ectoparásitos durante el examen físico de las aves;
- Fatiga y apatía;
- Picazón (picotearse las plumas y las escamas de las patas);
- Disminución de la producción de huevos;
- Manchas rojas en la piel;
- Palidez y regresión en las crestas y barbillas;
- Picoteo de plumas;
- Costras o sangre en las patas y pies;
- Huevos de piojos en las varillas de las plumas;
- Presencia de sangre en la cáscara de los huevos;·
- Negativa a posarse o utilizar los nidos si estos están infestados de parásitos.
Cómo prevenir las infestaciones de ectoparásitos
Las medidas preventivas de bioseguridad y los exámenes físicos periódicos de las aves son las mejores prácticas para que usted monitoree y pueda prevenir las infestaciones de piojos y ácaros en su granja. Impedir que las aves silvestres puedan acceder al alojamiento a causa de redes de protección defectuosas y fallas en el cierre de las puertas ayuda a que se reduzca la transmisión de estos ectoparásitos de las aves silvestres a las gallinas. La instalación de pajareras también contribuye a evitar la entrada de otras aves hospedadoras,como las palomas.
Otro riesgo potencial e importante es la falta de atención o la falla en la implementación de medidas de bioseguridad, como la desinfección o el cambio de calzado y ropa al entrar al ambiente en el que se alojan las gallinas. Objetos como estos pueden estar contaminados con diferentes parásitos y transmitírselos a las aves en el ambiente externo o de un galpón a otro.
Además, es fundamental la desinfección eficaz de las estructuras y zonas de acceso a las aves durante el periodo de vacío sanitario para evitar la transmisión de estos organismos a los siguientes lotes. Los nidos elevados por encima de la cama, el cambio frecuente del sustrato o la limpieza de las alfombrillas evitan la acumulación de parásitos en su interior.
El monitoreo del ambiente y las aves debe ser constante para identificar toda infestación a tiempo y poder combatirla desde el principio. Disponer de sustrato de cama seco y suelto que permita baños de polvo también previene las infestaciones. Preste especial atención al comportamiento de las aves como la excesiva autolimpieza y la negativa a entrar en los nidos.
La prevención es la forma más eficaz de combatir la presencia de ectoparásitos en gallinas ponedoras durante cualquier etapa de su vida.
Todos los puntos mencionados en este artículo son evaluados cuidadosamente en las inspecciones realizadas por el programa Certified Humane de bienestar animal según lo que indica el manual de gallinas ponedoras al que se puede acceder aquí.
Para ayudarle a prevenir este tipo de desafíos en su granja y fomentar el confort y el bienestar de sus animales, lea nuestro contenido a cerca de lo que debe verificarse diariamente al criar gallinas ponedoras.
Referencia: https://ainfo.cnptia.embrapa.br/digital/bitstream/item/216170/1/final-9491.pdf
Publicado em 31 julio de 2024