¿Qué tiene que ver la inteligencia artificial con el bienestar animal?
La transformación digital también ha llegado a campos y granjas. Imagine cómo sería si el productor rural pudiera gestionar la forma de aplicar los fungicidas, de obtener información en tiempo real de las condiciones climáticas o incluso monitorear el ambiente en el que se encuentran los animales de producción. Este es el panorama rural que se apoya en la conectividad para evitar pérdidas. Pero, ¿sabe usted de qué forma ayuda la inteligencia artificial a la implementación del bienestar animal?
Como cualquier otro trabajo, el de la industria agrícola ha de tener a su disposición herramientas técnicas innovadoras para que pueda desarrollarse de forma más sostenible y producirse con un menor costo. Un fallo en la salud o seguridad dentro del rebaño, por ejemplo, puede poner en riesgo toda la cadena de producción. El monitoreo constante de los animales a través del uso de la inteligencia artificial puede prevenir enfermedades y favorecer el bienestar animal. Un ejemplo de ello sería cuando se identifica algún dato alterado en el confort térmico de los animales o un cambio en su comportamiento, circunstancias por las que el productor puede detectar previamente alguna enfermedad y evitar que se propague.
Estos datos se recogen con dispositivos IoT —que pueden ser un conjunto de hardware (aretes, chips y balanzas electrónicas)— que registran incluso las actividades nutricionales, sanitarias, de vacunación y de control de enfermedades. Cualquier registro que sea discrepante puede analizarse por adelantado. Este avance es significativo tanto para los productores, a quienes les supondrá una menor pérdida en el proceso de producción, como para los animales, que no serán sometidos a dolor o sufrimiento.
Con un diagnóstico precoz y la predicción de enfermedades, es posible identificar dolencias ocasionales y garantizar el bienestar de los animales. Las valoraciones en la industria agrícola son siempre inciertas, ya que todo depende del clima y de los ciclos biológicos, que son susceptibles a cambios. En general, aún no se puede controlar si llueve o no y en qué cantidad, pero con lo que sí pueden contar los productores es con sistemas que ayuden a monitorear los ambientes constantemente y que hagan que la conectividad esté presente en todos ellos, ya sean externos o internos.
De esta manera, la inteligencia artificial ayuda y evita las pérdidas en el proceso de producción. Ya hay empresas que ponen a disposición sus tecnologías con sensores, aprendizaje profundo (deep learning), aprendizaje automático (machine learning), cámaras térmicas y escáneres, que le dan al productor datos sanitarios que se integran con la producción y reproducción de los animales.
Con la pandemia de la COVID-19, varios sectores han registrado caídas y muchas empresas cerrarán sus puertas, pero la industria agrícola es uno de los pocos sectores que registrará un crecimiento de producción. En 2020, el VBP (Valor Bruto de la Producción Agropecuaria) se estima en R$ 689,97 mil millones, un 7,6% más en comparación con el de 2019. Por otro lado, el sector ganadero prevé un segundo año consecutivo de buenos resultados, con un crecimiento del 6,7%. El cálculo se basa en los datos de marzo y en los reflejos de la crisis.
Aumento de la producción con bienestar animal.
Las tecnologías pueden ayudar con su precisión. En el caso del ganado bovino, por ejemplo, hay dispositivos electrónicos de pesaje, collares con sensores, abrevaderos y comederos automáticos, termografía infrarroja y estaciones meteorológicas que aumentarán la capacidad de observación del rebaño. El consumo de alimentos y agua, la conducta alimentaria e incluso el ritmo cardiorrespiratorio, que promueven el bienestar animal, pueden analizarse con el apoyo de la inteligencia artificial.
Existen varios niveles de implementación de la producción animal 4.0. El primer gran paso es computadorizar la granja y, para ello, el productor ha de considerar que los sectores de cada especie en el mercado evolucionan muy rápidamente y que es importante que tenga en cuenta la ventaja que supone invertir en inteligencia artificial para:
- mantener el bienestar animal;
- optimizar la producción;
- mostrar precisión y rapidez en la toma de decisiones para minimizar los fallos;
- capturar datos;
- aumentar la productividad;
- y reducir los costos de producción con un mejor uso de insumos y recursos naturales.
Mantener una producción, sea cual sea la especie, usando los propósitos de bienestar animal —que son aquellos que apoya Certified Humane —, ya no es una tendencia, sino una necesidad. El gigante de la alimentación Nestlé empezó a usar sensores electrónicos para monitorear la salud y la felicidad de las vacas. La empresa está desarrollando el proyecto Cowsense en Brasil para hacerles un seguimiento a las granjas que producen leche orgánica. Los animales usan un arete electrónico que recoge toda la información sobre las actividades que expresan su comportamiento.
Esa información se envía a una nube de datos a la que se puede acceder a través de una aplicación. Si el sistema de inteligencia artificial implantado identifica algún cambio, el productor recibe una notificación. Otro buen ejemplo es el de la empresa finlandesa Arla, que utiliza la tecnología para que los consumidores sepan cuáles son las condiciones de vida de las vacas lecheras y que las tratan bien. Además, la aplicación Arla Iris recopila y combina los datos sobre la limpieza, nutrición y salud de los animales, así como las actividades que realizan al aire libre.
Si usted, al igual que Certified Humane, cree que los animales han de ser tratados como seres sintientes, infórmese de cuáles son las normas de bienestar animal para cada especie y adapte su propiedad.
Publicado em 24 abril de 2020