Hilly’s Farm, ubicada en Altamira, en el estado de Tamaulipas, México, es la primera granja certificada con el sello Certified Humane de bienestar animal en América Latina que utiliza el sistema de crianza a campo (pasture raised) para sus gallinas ponedoras y gallineros móviles. Esta compañía, dirigida por Hilda Echeverría Neve, cuenta con 12 empleados y aproximadamente ocho mil aves, que producen huevos que se venden principalmente en supermercados y restaurantes en las regiones norte y centro de México.
El objetivo que Hilly’s Farm tiene al obtener la certificación es el de hacerles ver a sus clientes la calidad de su producción de huevos y el cuidado que las gallinas reciben durante todo el proceso, que se realiza con un innovador sistema de libre pastoreo con rotación de pastos (pasture raised). Es decir, las gallinas pasan la mayor parte de sus vidas libres en el campo, fuera de los gallineros portátiles, y con un espacio de 10 metros cuadrados cada una. “Al conocer Certified Humane, nos dimos cuenta de que cumplimos con sus altos estándares de cuidado animal y que compartimos la misma filosofía para la producción de alimentos de calidad, donde la prioridad es el amor y el respeto por nuestros animales”, dice Hilda Echeverría Neve.
Desde que se fundara en 2015, Hilly’s Farm se ha destacado por ser una granja avícola sostenible que se siente orgullosa de cuidar a sus animales con amor y respeto y desea formar parte del movimiento global por la sostenibilidad y los cambios en la industria alimentaria. «La razón principal por la que nos hemos unido al programa de certificación es para garantizarles a nuestros clientes cómo realizamos nuestros procesos y formar parte de un grupo de empresas que tiene como misión ofrecer productos de calidad, a través del bienestar animal y del cuidado del medio ambiente», añade la directora de la propiedad.
Hilly’s Farm ve a Certified Humane como una entidad que apoya a los productores e incentiva la mejora en los procesos de crianza animal. La producción de la granja ya se ajustaba a los principios de este certificado internacional incluso antes de conseguir el sello. Cuando Hilda y su esposo, Walter Latofski, fundaron la granja, esta fue pionera en México en la producción de gallinas ponedoras con la utilización del sistema a campo (pasture raised), apostando precisamente por el respeto a los animales. En aquella época, contaban con unas 600 aves.
“México es el mayor consumidor de huevos del mundo y su producción se basa principalmente en gallinas criadas en jaulas. Según Hilly’s Farm, este sistema no es suficiente para garantizarles un bienestar total, ya que las gallinas han de poder estar libres en áreas extensas de pasto para que se comporten de forma natural”, comenta Hilda, sobre lo que diferencia su producción de las demás.
La compañía también destaca la importancia que tiene la existencia de una certificadora internacional a la hora de aprobar las mejores prácticas en este segmento de mercado y afirma que Certified Humane ha estado haciendo un excelente trabajo en este sentido. ”A medida que se conozca más la certificación, quienes se beneficiarán principalmente serán los animales, pudiendo producirse un cambio significativo dentro de la industria alimentaria para todos los involucrados en este segmento”, señala la líder de la empresa.
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