Todo lo que necesita saber sobre el sufrimiento animal
No se puede negar que el sufrimiento animal está muy presente en la forma en que las industrias alimenticias actúan. Pero no tiene por qué ser así. Existen ya avances tecnológicos y científicos que reducen el sufrimiento de los animales. En este post usted sabrá cómo puede ayudar sin tener que dejar de consumir carne.
La tortura es evidente
Para que usted se haga una idea, una jaula mide un metro de ancho por 1,80m de largo. En ella, una cerda reproductora, con un peso promedio de 140 kg, se ve obligada muchas veces a vivir incluso sin poder siquiera moverse. El sufrimiento del animal en unas condiciones de este tipo es algo deplorable. Es cierto que el sistema de confinamiento en jaulas se consideró la mejor opción durante mucho tiempo, pero hoy por hoy ya no es así. Las jaulas colectivas en la producción porcina son una posible solución, donde las hembras permanecen juntas hasta el momento del parto.
A lo largo del siglo XX el sufrimiento que provenía de la explotación de los animales aumentó de forma aterradora en la industria de alimentos. Alrededor del 95% de las personas come carne y, probablemente, seguirá haciéndolo. Pero eso no quiere decir que las reses, los cerdos y las gallinas tengan que ser torturados y criados de forma cruel. La buena noticia es que la industria parece haber entendido este tema, que viene como consecuencia del cambio de comportamiento de los consumidores, de las leyes y del cargo de conciencia.
Estudios e investigaciones desarrollaron procedimientos y tecnologías que prometen reducir, y mucho, el sufrimiento animal. Vea a continuación cómo usted también puede ayudar.
3 kilos de lechuga = 200 gramos de carne
La carne nos hizo humanos. Hay estudios que demostraron que si nuestros ancestros hubieran seguido siendo herbívoros, ni siquiera estaríamos aquí. Cada Australopithecus tenía que masticar unos 15 millones de veces para sobrevivir. Como se alimentaba prácticamente sólo de plantas, tenía que masticar unas 2500 veces, o 16 horas al día, únicamente para mantenerse vivo. Una investigación de la Universidad de Harvard reveló que por cada 30% de carne cruda que se incluía en la dieta, el número de veces que se masticaba se reducía 2 millones de veces. Esto se debe a que la carne es más calórica y puede ingerirse en menor cantidad.
El Homo sapiens consume el 20% de la energía total de su organismo. Es decir, quemamos hasta 500 calorías por día sólo para pensar. Para ello, tenemos que consumir 3 kilos de lechuga. O tan sólo 200 gramos de carne bovina. Sí, la ingesta de proteína animal está directamente relacionada con el desarrollo de nuestro cerebro. Por eso, comenzamos a producir la mayor cantidad de carne posible, vino el retroceso y apareció el sufrimiento animal.
La peor situación es la de las aves
Se crían cerca de 19 millones de gallinas al año, según los datos de la FAO (división alimentaria de la ONU). La mayoría padece sufrimiento animal por vivir confinada en jaulas. A causa del estrés, terminan atacando a otros animales – una situación que muchos productores intentan resolver cortándoles el pico, una práctica que Certified Humane prohíbe si se quiere obtener el sello de bienestar animal. Lo que sí se permite es recortarles los picos, pero sólo hasta que tienen 10 días de vida.
De cualquier manera, la situación está mejorando. Algunos gigantes de la alimentación como JBS y BRF se han comprometido a utilizar únicamente huevos de gallinas libres de jaulas a partir de 2020 y 2025, respectivamente. McDonald’s ha prometido hacer lo mismo. Por su parte, Casino y Carrefour han anunciado que van a vender sólo los huevos producidos por gallinas ponedoras que se críen sueltas. Lo que se decide en pro del bienestar animal impide el sufrimiento de estos y también es mejor para el productor – las gallinas sueltas están menos estresadas y dan más huevos. Mantiqueira, que es la mayor productora de huevos en América del Sur, apostó por el sistema libre de jaula para una parte de su producción y ahora produce 450 mil huevos por día utilizando este sistema.
Las vacas también sufren maltrato
El ganado lechero también es víctima del sufrimiento animal. En su ambiente natural, estos animales hacen amistad con otras vaquillas. Ya en las granjas convencionales, se las somete a condiciones terribles. La producción de leche requiere un esfuerzo del animal que puede compararse al de un corredor de maratón. Al menos existen situaciones inspiradoras – un ejemplo de ello es la Fazenda São Bento, una granja que posee el sello Certified Humane de bienestar animal para el ganado lechero en Brasil. Es un hecho que unas vacas que sufren un menor estrés producen más leche y de una calidad superior; esto demuestra ganancias en eficiencia y productividad, como las de la Fazenda São Bento.
Puede mejorarse la vida de los animales. Es cierto que los animales se crían para servirnos de alimento, pero no por eso su muerte ha de ser un sufrimiento. Ya se han establecido reglas en torno a este tema, como la obligatoriedad de que en los mataderos se use algún método para dejarlos inconscientes y que así no sientan dolor a la hora del sacrificio. Esto es algo que está a disposición de todas las granjas.
Qué puede hacer usted
- A la hora de comprar huevos, elija aquellos producidos por gallinas libres de jaulas.
- Para escoger la leche, vea si esta fue producida por vacas criadas con pasto o sueltas.
- En resumen: opte por alimentos con el sello Certified Humane de bienestar animal, que es la garantía que tiene el consumidor de que se puso en práctica el manejo compasivo durante la producción. Es la forma de comprobar que el animal no sufrió cuando fue criado en la granja.
* Este contenido se redactó utilizando como base el artículo “Maltrato a los animales”, publicado en la edición de noviembre de la revista “Súper interessante”.
Publicado em 09 enero de 2019