Animales de producción: el bienestar exige una crianza compasiva
Los animales de producción sí tienen emociones y, por ello, también merecen respeto. Cuando el hombre asume esa conciencia, se da el primer paso hacia el bienestar animal. El concepto es amplio y está relacionado con las condiciones ofrecidas a los animales de producción para que éstos tengan la vida digna que merecen.
Es importante citar las “Cinco libertades”, que vieron la luz hace más de 50 años y han sido revisadas por el Farm Animal Welfare Committee para los animales de producción: 1) no pasar hambre ni sed; 2) no sentirse incómodo; 3) no sentir dolor, ni tener heridas o enfermedades; 4) ser libres para expresar los comportamientos naturales de la especie; y 5) no sentir miedo ni estrés.
El tema se centra en las mascotas, que conquistan rápidamente su lugar en los hogares y corazones de sus dueños. Sin embargo, también ha de tenerse en cuenta al pensar en los animales de producción, que merecen tanta atención como los animales domésticos. Es inevitable que los seres humanos continúen alimentándose de animales. A pesar de ello, la manera en la que se trata a los animales de producción es en lo que la sociedad ha de prestar atención.
Consumidor más consciente
La búsqueda por la sostenibilidad junto con la comprensión de la conciencia animal, que es su capacidad de sentir, está despertando la atención de los consumidores. La forma en la que se trata a los animales de producción es una cuestión que se toma muy en serio. La mayoría de los consumidores pone el bienestar animal en primer lugar a la hora de elegir un producto en el supermercado.
Una encuesta encargada por la ONG Mercy For Animals, que trabaja en contra de las atrocidades practicadas en granjas y empresas productoras, reveló que el 72% de los encuestados creen que el consumidor debería estar al corriente del sufrimiento sufrido por los animales de producción. Afortunadamente, se nota que la percepción de las personas en relación a la crianza de los animales está cambiando – el público está dispuesto a pagar más por productos que se involucren en el bienestar animal, en prácticas de producción más compasivas y responsables.
Esta concientización converge con la actuación del Instituto Certified Humane en la búsqueda de mejores condiciones de vida para los animales de producción, desde su nacimiento hasta el sacrificio. En 2008, el programa Certified Humane llegó a América Latina a través de la iniciativa del Director General para la región, Luiz Mazzon, oriundo de Brasil. Luiz, que posee amplia experiencia en sistemas de bienestar animal, ya participó de grandes cambios en el sector.
Cómo comprobar el respeto al bienestar animal
Ya está comprobado científicamente que los animales sienten emociones, siendo capaces de percibir lo que está sucediendo a su alrededor. Esto se refleja en varias sensaciones ante las situaciones a las que se les exponen. Así pues, un manejo equivocado puede ocasionarles reacciones orgánicas negativas, que influyen directamente en la calidad de los productos de origen animal y en su productividad.
Las prácticas de bienestar animal, o la falta de ellas, impactan directamente en la calidad de la carne. Por eso, el manejo de los animales de producción por parte del hombre es crucial para alcanzar esa meta. Un transportador que realmente sabe las necesidades de los animales, hará todo lo posible para minimizar su sufrimiento. El efecto que esto supone es una carne de calidad superior.
Y el sello Certified Humane es una manera de que los consumidores, que están prestando más atención al problema, se aseguren de que están teniendo acceso a alimentos que fueron producidos en las granjas y empresas de cría siguiendo estrictos criterios de bienestar animal. Estos criterios son custodiados por un comité específico, compuesto por 40 profesionales expertos en la materia, de entre los cuales cuatro son latinos. En 2017, Certified Humane innovó, convirtiéndose en pionera en el país en certificar los huevos de libre pastoreo según las normas de ABNT (Asociación Brasileña de Normas Técnicas).
Todavía queda mucho por hacer. Sin embargo, el tema ya se está debatiendo y está cambiando el perfil de los consumidores, más conscientes en este sentido. Es una luz que se enciende y emite una señal para que los productores repiensen el manejo de los animales de producción, que se puede realizar de una forma más decente y compasiva, generando beneficios en la eficiencia y productividad.
Publicado em 27 noviembre de 2018