No es necesario hacer mucho esfuerzo para darse cuenta que el bienestar animal es un pilar de este blog y las actividades del Instituto Certified Humane.
A decir verdad, es una de las causas que toca el corazón y la conciencia de muchos. Es un hecho que no siempre fue obvio el entender cómo asegurar específicamente la calidad de vida de los animales. Que ellos tienen la capacidad de sufrir, sentir dolor, placer y gozo. Pero es difícil saber cuándo están irritados, estresados, deprimidos o aburridos. Sin ese conocimiento, ¿Cómo mejorar sus condiciones y eliminar las amenazas en su calidad de vida?
Esa discusión ha ganado espacio desde que entró en la agenda de los gobiernos, empresas y consumidores en la década de los 60s. En 1964, un parte aguas fue la publicación de un libro Máquinas Animales en Inglaterra. Su autora, la periodista y veterinaria, Ruth Harrison, habló sobre las pésimas condiciones y los maltratos a los que los animales eran sometidos. Ella mostró instalaciones en las cuales las cerdas apenas y tenían espacio para amamantar a los lechones, aviarios sobre poblados, bovinos sacrificados en condiciones crueles, entre otras condiciones degradantes. Por primera vez, los británicos supieron cómo eran criados los animales que producían los alimentos que llegaban a sus mesas.
El libro de Harrison, provocó un escándalo en la opinión pública que llevó al gobierno británico a crear un comité para investigar el asunto. Al frente se encontraba el investigador, Francis Brambell, un científico ya reconocidos por sus trabajos en las áreas de salud e inmunidad en la época.
Las conclusiones del reporte se publicaron en 1965. En realidad, la situación era mucho peor. Buena parte de los animales criados en Inglaterra vivían en espacio insuficientes para que pudiesen acostarse, darse la vuelta, cuidar su propio cuerpo de acuerdo con los hábitos que desempeñan en la naturaleza o estirarse.
Las cinco libertades de los animales: la lista
Dichas revelaciones llevaron a creación del Consejo de Bienestar de Animales de Producción. En 1979, este órgano publicó un documento con los principios que hoy dirigen las buenas prácticas de bienestar animal y la legislación al respecto. Es una especie de declaración de los derechos de los animales, que conocen como las cinco libertades. Son las siguientes:
Los animales deben tener acceso a agua y alimentos adecuado para mantener su salud y vigor.
El ambiente en el que viven debe ser adecuado para cada especie, con condiciones de resguardo y descanso adecuados.
Los responsables de la crianza de los animales deben garantizar la prevención, rápido diagnóstico y su trato adecuado.
Los animales deben tener la libertad para comportarse naturalmente, lo que requiere espacio suficiente, instalaciones adecuadas y la compañía de animales de su propia especie.
No es solamente el sufrimiento que debe ser evitado. Los animales tampoco deben ser sometidos a condiciones que los lleven a experimentar sufrimiento mental, por ejemplo, para evitar que experimenten estrés o miedo.
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