Bioseguridad en la producción animal: sepa cuáles son los procedimientos a seguir
El objetivo principal de los programas de bioseguridad en la producción animal es evitar la posibilidad del contagio y la propagación de enfermedades infecciosas, causadas por bacterias u otros agentes patológicos, y que estas proliferen dentro de una granja. Seguir estos procedimientos es también uno de los requisitos necesarios para que una empresa o propiedad reciba la certificación Certified Humane de bienestar animal, que va más allá de los aspectos relacionados al manejo compasivo de la especie que se está certificando.
Los estándares de Certified Humane designan las normas específicas para la crianza de cada especie animal, ya sean gallinas ponedoras, pollos de engorde, pavos, cerdos, vacas lecheras, bovinos de engorde, bisontes, cabras u ovejas. También hay normas especiales para el sacrificio de animales.
Las acciones preventivas de bioseguridad en la producción animal requieren que los productores cumplan con los requisitos necesarios para evitar los riesgos de contaminación de los animales, preservar su salud y garantizar la seguridad durante todas las etapas de la producción. Estas acciones deben combinarse con el monitoreo del flujo de animales entre las diversas etapas de su vida, además del uso de prácticas de bienestar animal, de la capacitación de los manipuladores y de un sistema de gerencia de calidad. Entre las principales se encuentran:
- Aislamiento de la granja a una distancia segura de posibles focos de portadores de enfermedades;
- Cercado de la propiedad;
- Lavado y desinfección de las instalaciones y los vehículos;
- Restricción de visitas;
- Vacío sanitario entre lotes;
- Programa de vacunación;
- Medidas de manejo sanitario;
- Aislamiento y tratamiento de animales enfermos;
- Uso de agua potable y tratada en la alimentación de los animales, así como en su higiene;
- Estricto control de calidad de los ingredientes de la alimentación;
- Tratamiento correcto de desechos y efluentes;
- Destino correcto de los residuos de las instalaciones y de los animales que mueren.
Cuando se adoptan medidas preventivas de bioseguridad, se pueden prevenir o controlar brotes y epidemias —como en los casos de la gripe aviar (H5N1), la encefalitis espongiforme bovina, el virus del Ébola, el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo), la mal llamada «gripe porcina» (H1N1) y, ahora más que nunca, la COVID-19 (del nuevo coronavirus). Recordemos que no hay evidencias que indiquen que el nuevo coronavirus se transmita de los animales de producción o los domésticos a los seres humanos.
Ante la preocupación con la transmisión del nuevo coronavirus, las actividades en las granjas —ya sean de engorde, lecheras o de postura— o incluso en las industrias de procesamiento de materia prima animal deben continuar manteniendo el mismo cuidado y satisfacer todas las necesidades de los animales. Se deben seguir todos los criterios de bioseguridad en la producción animal, así como el cumplimiento de los requisitos de la crianza con bienestar.
Del mismo modo que el sello Certified Humane de bienestar animal garantiza la calidad y la trazabilidad de los productos que se comercializan, la bioseguridad en la producción animal también evita la pérdida de productos a causa de animales contaminados y protege la salud de los empleados que trabajan en el local y la de los consumidores. Los métodos de bioseguridad unen aspectos que van más allá del mercado de alimentos o de la agroindustria. Son importantes para prevenir los riesgos de contaminación de la población por el transporte de muestras de virus y bacterias entre laboratorios y también como medida preventiva contra los ataques bioterroristas.
La prevención de patógenos en los animales también se puede llevar a cabo a través de tres formas de profilaxis: sanitaria, médica y cuarentena. Es un conjunto de actividades complementarias cuyo objetivo es proteger a una población animal de la aparición o evolución de un fenómeno desfavorable para su salud.
- Profilaxis sanitaria: se refiere a la limpieza e higiene de las instalaciones zootécnicas, la desinfección umbilical del recién nacido o la ingesta temprana de calostro.
- Profilaxis médica: vacunación, desparasitación y baño garrapaticida.
- Cuarentena: se aplica cuando animales de fuera de la propiedad se traen dentro del rebaño. La cuarentena es el aislamiento durante un período equivalente al doble del período máximo de incubación de la enfermedad para que se reduzcan al mínimo las transmisiones. El período ideal debe contarse desde la fecha del último contacto con un caso clínico o portador o desde la fecha en la que el animal sano salió del lugar donde estaba.
La importancia de las vacunas
Al igual que los humanos, los animales también necesitan vacunarse para inmunizarse contra a algunas enfermedades. Este es uno de principales procedimientos de gerencia sanitaria que llevan a la bioseguridad en la producción animal. La función de las vacunas es proteger a los animales contra las enfermedades que ocurren de forma natural en la región donde se encuentra el rebaño. Factores como la edad, el sexo, la especie, la región geográfica y el tipo de manejo determinan qué tipo de vacunas serán las que se utilizarán.
Las vacunas son capaces de estimular el sistema inmunológico del animal, induciendo un estado de resistencia parcial o total contra una determinada enfermedad o infección. Por eso, es muy importante que haya un programa de vacunación regular. En el caso de animales sin historial de vacunas, la vacunación inicial debe realizarse de inmediato, seguida de una revacunación cuatro semanas después. Vacunar es un acto inteligente, prudente y rentable.
- Bovinos de engorde
Hay varios tipos de vacunas para uso con bovinos de engorde, algunas de ellas contra enfermedades causadas por virus, bacterias y protozoos. Existen aquellas que se recomiendan para uso de rutina —contra la clostridiosis, la fiebre aftosa, la brucelosis— y aquellas que se usan en condiciones específicas —contra el botulismo, la rabia, la gangrena, entre otras. Vale la pena recordar que si un animal vacunado contrae una de estas enfermedades, puede deberse a la mala conservación de la vacuna, al uso de dosis más bajas que las recomendadas, a una vacuna de baja calidad o cuando el animal se infecta durante el período en el que el fármaco aún no ha hecho efecto en el organismo.
Existen otras formas de control de enfermedades, como vermífugos y garrapaticidas. Los medicamentos se aplican de forma terapéutica —cuando el animal muestra síntomas de parasitismo— o profiláctica, intentando reducir al mínimo la morbilidad o la mortalidad que está relacionada con el parasitismo. Hoy en día, los controles tienen como objetivo maximizar la salud de los rebaños, la productividad y el rendimiento económico del sistema de producción. Cualquier error en la aplicación puede ocasionar pérdidas económicas y reducción en el desarrollo del animal — especialmente en los jóvenes — pudiendo incluso causarle la muerte.
- Aves
Al igual que para el ganado bovino, también hay un programa de vacunación específico para aves para cada situación epidemiológica. Las principales enfermedades que se pueden prevenir son la enfermedad de Marek, la enfermedad de Gumboro, la viruela aviar, la bronquitis infecciosa, la enfermedad de Newcastle y la coccidiosis. Para aplicar la vacuna, el productor puede usar alguno de los siguientes métodos:
- Vía oral: colocada en el agua o en el alimento de los animales durante su ingesta;
- Nebulización: método rápido que se usa, principalmente, en el control de enfermedades respiratorias. Debe realizarse con rociadores que se utilicen exclusivamente para esta finalidad y que estén debidamente calibrados;
- Individual:
- Vía ocular y nasal: sistema confiable, pero que requiere la manipulación de las aves, lo que puede generarles estrés. Sin embargo, se puede hacer a la vez que se realizan otras prácticas de manejo como el recorte del pico o el pesaje;
- Membrana del ala: más utilizada contra enfermedades como el cólera y la viruela aviar. Consiste en la perforación de la membrana del ala, que se realiza usando el estilete específico que viene con el frasco de la vacuna;
- Solución inyectable (subcutánea e intramuscular): aplicación en la piel del ave, lo que implica que todo el material que se utilice ha de desinfectarse previamente.
- Cerdos y ovejas
En el caso de los cerdos, también es necesario tener un programa de bioseguridad en la producción animal, así como un plan mínimo de aplicación de vacunas para prevenir las enfermedades más importantes —como la peste porcina clásica y la enfermedad de Aujeszky— que solo se pueden usar con la autorización de los organismos oficiales de defensa sanitaria. La planificación básica de vacunación debe incluir vacunas contra parvovirus, colibacilosis, rinitis atrófica y neumonía enzoótica.
Para las ovejas también hay un cuadro de vacunas importantes contra la rabia, la clostridiosis, la linfadenitis caseosa y el ectima contagioso. La vacuna contra la fiebre aftosa está prohibida para esta especie. Vale la pena recordar que las bacterias del género Clostridium (clostridios) viven de manera natural en la tierra y en el tracto intestinal de los animales y pueden provocarles la muerte. Por lo tanto, su erradicación es imposible y la prevención es sumamente necesaria.
La bioseguridad en la producción animal es solo uno de los puntos de todos los requisitos que Certified Humane exige para que una producción o industria pueda certificarse. Las medidas forman parte de una planificación sanitaria específica para la crianza de cada una de las especies. Para obtener más información, consulte los estándares y ajuste su propiedad a las normas.
Publicado em 20 mayo de 2020