El estudio revela que los dueños de mascotas son los consumidores que piensan más en el bienestar de los animales
Quien tiene un animal doméstico se preocupa más por el bienestar animal en las granjas. Es lo que muestra un estudio que realizaron recientemente dos investigadores de la Universidad de Göttingen, en Alemania.
Éstos descubrieron que los dueños de mascotas demuestran más interés a la hora de valorar el fin del sufrimiento en la producción de carne, leche y huevos. La convivencia con perros, gatos y otros animales domésticos es una de las fuerzas que hacen del bienestar animal una cuestión cada vez más importante para los consumidores. Un ejemplo: el 57% de las personas que tienen perros o gatos dijeron que están dispuestas a pagar precios por encima del 10% más por la carne que tenga un certificado de bienestar animal. Este número cae al 44% entre la población que no tiene mascotas.
En otras palabras, el encanto de los gatitos y cachorros consigue algo más que llamar la atención en videos y fotos en las redes sociales: refuerza el vínculo y el respeto entre humanos y animales. Los productores de bovinos, cerdos y aves – entre otras especies – han de tener esto en cuenta. “Los dueños de mascotas transfieren todos esos sentimientos fuertemente positivos que cultivan por los animales domésticos hacia los animales de granja, al menos hasta cierto punto”, afirman los investigadores.
Inicialmente, el objetivo del estudio era averiguar si habría un mercado favorable para la producción de alimento para perros y gatos elaborados según las buenas prácticas de bienestar animal. La respuesta es afirmativa, ya que se demostró que la sensibilidad al sufrimiento de los animales se acentúa más en quienes conviven diariamente con un animalito.
Actualmente, América Latina tiene una de las mayores poblaciones de mascotas en el mundo – y cada una de ellas convive con humanos potencialmente sensibles con el bienestar de los animales de producción.
Aunque el estudio sólo se haya dedicado a investigar el comportamiento de los consumidores alemanes, los investigadores creen que pueden repetirse modelos similares en otros países. “En general, los ciudadanos de los países de Europa Occidental son cada vez más críticos con los procesos de producción que se utilizan en los rebaños de las granjas”, explican los investigadores.
Un aspecto a destacar: estudios como éste muestran cuán importante es que las empresas busquen una certificación de bienestar animal – es decir, que abran sus operaciones para que instituciones independientes las evalúen, de tal forma que le garanticen al público que se están adoptando las prácticas compasivas necesarias para mejorar la calidad de vida y el confort de los animales de producción. Se trata de un paso importante hacia la transparencia en el mercado. De otro modo, los consumidores estarían sometidos a posibles engaños por parte de compañías que sólo adoptan un discurso políticamente correcto, con el que encubren métodos crueles en el manejo de los animales de los que provienen nuestros alimentos. El Instituto Certified Humane es una institución que cumple el papel de verificar si, efectivamente, los productores y las empresas que se comprometen con esta causa ponen en práctica sus buenas intenciones y bellas palabras.
Publicado em 04 octubre de 2018